tu aliento sabe a menta

... y resulta que tu aliento sabe a menta, que te deja los pómulos azotados de frescor interior; y llegas con  los ojos de todos los días, esos de sumergirse y dejarse morir ahogada en esas profundidades; vienes con esa sonrisa, como quien no quiere la cosa y la dejas caer ahí en medio ¡hala! y que cada mástil aguante su vela que haces que todas sintamos que estás quedando impune.
... y resulta que hoy que no llueve no vienes; precisamente hoy ... que había traido una flor!






Para toda a boa xente de Meira.


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